jueves, 3 de enero de 2013

Testimonio


 
Testimonio
 
 
María Espinoza nos da su testimonio de lo que pudo observar y lo que vivió siendo voluntaria de la fundación un techo para mi país.

Me gustó que todos expresaran su opinión sobre lo que vivieron y nos contaran de cómo se sintieron y todo por lo que pasaron, por ejemplo, jamás me imaginé que hubiera veces en que las familias no te reciban 100% con alegría, agradecimiento y mil amor, ya que eso es de lo que se habla en el Techo que es la experiencia padre, muchas veces todos los voluntarios que se unen la causa van con la esperanza de encontrar eso y piensan que sí tuvieron la mala suerte de que no les tocara vivir algo así entonces no aprendieron nada, pero en realidad yo pienso que se llevan muchas cosas, por lo menos una concientización de la pobreza en la que viven estas personas y sus luchas por salir adelante pero es la falta de oportunidades y trabas en el sistemas lo que no permite a estas personas mejorar su calidad de vida. Otra de las enseñanzas que pienso que se podrían llevar es conocerse a sí mismos mucho mejor, ya que muchos nos platicaban sobre cosas que hicieron y que jamás imaginaron que lograrían, no sólo en cuanto a sus fortalezas físicas, sino también la fortaleza espiritual para seguir adelante.

Me sorprendieron algunos comentarios que hicieron sobre los jefes de cuadrilla, aunque la mayoría eran líderes natos e inspiraban a los voluntarios a seguir adelante y a echarle ganas, hubo algunos que no sólo no inspiraban nada, sino que parecieran no tener ninguna experiencia ni conocimiento de lo que estaban haciendo, y menos como para dirigir a una cuadrilla, con esto regreso un poco al tema de las retroalimentaciones que me sorprende mucho que no se hagan porque siento que la organización en sí ha sido bien manejada desde la parte de obtener los recursos y asignación de las casas a las que se ayudará hasta las construcciones, incluyendo habilitación social. Es la parte de retro la que a mi parecer hay que ajustar y mejorar, esos pequeños detalles son los que pueden marcar una gran diferencia.

Por último algo que me gustó mucho en lo que nos contaron, fue la equidad de géneros que se maneja en la organización, donde todos hacen de todo, se rotan las tareas y nadie tiene privilegios ni preferencias sobre nadie, las mujeres, al igual que los hombres, cargaban tejas, se ponían a poner clavos, etc. Solo en casos de estrategia ponían a las mujeres a jugar con los niños o ayudarles a las señoras a cocinar, lo cual forma parte de la convivencia.

 

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