Testimonio
Me gustó que todos expresaran su opinión sobre lo que vivieron y nos
contaran de cómo se sintieron y todo por lo que pasaron, por ejemplo, jamás me
imaginé que hubiera veces en que las familias no te reciban 100% con alegría,
agradecimiento y mil amor, ya que eso es de lo que se habla en el Techo que es
la experiencia padre, muchas veces todos los voluntarios que se unen la causa
van con la esperanza de encontrar eso y piensan que sí tuvieron la mala suerte
de que no les tocara vivir algo así entonces no aprendieron nada, pero en
realidad yo pienso que se llevan muchas cosas, por lo menos una concientización
de la pobreza en la que viven estas personas y sus luchas por salir adelante
pero es la falta de oportunidades y trabas en el sistemas lo que no permite a estas
personas mejorar su calidad de vida. Otra de las enseñanzas que pienso que se
podrían llevar es conocerse a sí mismos mucho mejor, ya que muchos nos
platicaban sobre cosas que hicieron y que jamás imaginaron que lograrían, no
sólo en cuanto a sus fortalezas físicas, sino también la fortaleza espiritual
para seguir adelante.
Me sorprendieron algunos comentarios que hicieron sobre los jefes de
cuadrilla, aunque la mayoría eran líderes natos e inspiraban a los voluntarios
a seguir adelante y a echarle ganas, hubo algunos que no sólo no inspiraban
nada, sino que parecieran no tener ninguna experiencia ni conocimiento de lo
que estaban haciendo, y menos como para dirigir a una cuadrilla, con esto
regreso un poco al tema de las retroalimentaciones que me sorprende mucho que
no se hagan porque siento que la organización en sí ha sido bien manejada desde
la parte de obtener los recursos y asignación de las casas a las que se ayudará
hasta las construcciones, incluyendo habilitación social. Es la parte de retro la
que a mi parecer hay que ajustar y mejorar, esos pequeños detalles son los que
pueden marcar una gran diferencia.
Por último algo que me gustó mucho en lo que nos contaron, fue la
equidad de géneros que se maneja en la organización, donde todos hacen de todo,
se rotan las tareas y nadie tiene privilegios ni preferencias sobre nadie, las
mujeres, al igual que los hombres, cargaban tejas, se ponían a poner clavos,
etc. Solo en casos de estrategia ponían a las mujeres a jugar con los niños o
ayudarles a las señoras a cocinar, lo cual forma parte de la convivencia.
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